Casi no había terminado el tercer debate entre Trump y Hillary Clinton y sus equipos de campaña ya estaban proclamando ganador a sus candidatos. Kellyane Conway, manager de la campaña de Trump, aseguró en Twitter que ya estaba escuchando a reporteros decir que Clinton había tenido una "noche terrible" y que fue el mejor debate del republicano. "Espero que esto se escriba, salga al aire", escribió Conway.
BBC Mundo
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Por su parte, David Axelrod, comentarista político partidario de Clinton, escribió también en Twitter: "El candidato que ya está 8 puntos por debajo acaba de sufrir un debate final devastador". Eso por mencionar, sólo a dos. Quien más quien menos, salió a las redes sociales a defender al suyo.
Pero a quién le podemos hacer caso, ¿quién ganó?
En cualquier caso, el momento que va a dominar titulares es el de Trump negándose a decir que va a reconocer el resultado en el caso de salir derrotado.
Y en ese sentido, como señala Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Washington, el de Las Vegas, puede haber sido el debate que Trump quería, pero no el que necesitaba.
Este miércoles fue su última gran oportunidad para llegar al gran público de Estados Unidos para que le confíe la presidencia y el candidato republicano tenía la tarea de ampliar su base de apoyo.
Trump necesitaba distanciarse de las acusaciones de abuso sexual y venderse como el candidato del cambio.
Y al principio parecía que lo podía conseguir. Comenzó intentado estar contenido. Y hubo una media hora en que recordó a algo parecido a un debate sobre políticas. Hablaron de la Corte Suprema, el aborto y el control de armas...
"Si mirabas de reojo parecía otra carrera presidencial a la vista hasta ahora, con dos candidatos discutiendo sus posiciones públicas sobre esos asuntos", comenta Zurcher.
"Incluso la parte de inmigración empezó razonablemente civilizada, hasta que Clinton aprovechó una pregunta sobre WikiLeaks para atacar la relación de Trump con Rusia y Vladimir Putin".
Clinton le dijo a Trump que Putin lo quería de presidente para tener una marioneta en la Casa Blanca.
Ahí, regresó el viejo Trump: el que interrumpe, se enfrenta al moderador y ve enemigos por todos lados.
Llamó a la ex secretaria de Estado mentirosa y le respondió que ella era la marioneta. "Una mujer tan desagradable", llegó a decir, interrumpiéndola.
Luego llegó el asunto de la idoneidad de ambos para ser presidente y ahí estuvo servido el colapso.
Trump llegó a afirmar que Clinton está detrás de las mujeres que lo acusan de abusos sexuales. Y que lo hacían por la fama.
Encuestas, encuestas
La BBC presenció una discusión de uno de los grupos de votantes indecisos del encuestador republicano Frank Luntz. Allí dieron a ganador a Trump por un margen de 14-12.
Uno de los votantes que dio a Clinton por ganadora señaló que vio a la antigua senadora como más "presidencial, demostrando que va a poder estar al comando del puesto".
"Y vi a Trump de nuevo en esta búsqueda inútil, se ve que tiene ideas que le vienen a la mente pero no tiene cómo explicarlas. Y no creo que pueda gobernarnos", dijo.
La encuesta rápida que hace CNN le dio a Clinton un 52% y a Trump un 39%.
El búnker de Trump
Pero, de nuevo, el momento que seguro será el más recordado llegó cuando el moderador, Chris Wallace, le preguntó a Trump si iba a reconocer los resultados de la elección.
Él se negó a hacerlo. Acusó a los medios de envenenar a la gente. Dijo que Clinton no debería poder ser candidata.
"Era Trump en su búnker", opina Zurcher. "Ajustes de cuentas y ataques a discreción contra enemigos reales y percibidos".
"En ese momento, los titulares ya estaban escritos y los resultados del debate cerrados. No fue una buena noche para el republicano", señala nuestro corresponsal.
"Eso era lo que Trump quería decir, pero no es lo que los votantes o la democracia de Estados Unidos necesitaba oír".
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