Jordi Barbeta / La Vanguardia
Ben Carson, el Donald Trump negro© Image LaVanguardia.com Ben Carson, el Donald Trump negro
Si los judíos hubieran tenido acceso a las armas como lo tienen ahora los ciudadanos estadounidenses no habría habido holocausto. Esta es la interpretación unánime que hicieron sobre todo representantes de la comunidad hebrea de Estados Unidos que reaccionaron indignados cuando Ben Carson, candidato a la nominación republicana declaró a la CNN que "la probabilidad de que Hitler alcanzara sus objetivos habría sido infinitamente menor si el pueblo hubiera tenido acceso a las armas".
Esta frase, pronunciada cuando todavía no se habían enterrado a las nueve víctimas de la masacre de Roseburg (Oregón) y en pleno debate sobre el control de armas de fuego, desató una nueva polémica y situó a Ben Carson en el escenario compitiendo con su rival Donald Trump a ver quién era capaz de generar mayores controversias.
Ben Carson, de 64 años, es el único candidato afroamericano a la nominación republicana y los sondeos le sitúan como el segundo favorito tras el magnate inmobiliario pero generando mucho menos rechazo y muy por delante de todos los demás aspirantes.
Trump y Carson tienen en común que son ajenos a la política convencional y a ambos les encanta provocar a la audiencia con declaraciones explosivas y gestos populistas. Aunque sus procedencias son distintas. A diferencia del multimillonario Trump, Carson es un científico que alcanzó fama mundial como neurocirujano y está muy vinculado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Sin embargo, ni su formación científica, ni su fe religiosa le han convertido en un hombre moderado, más bien al contrario. En las formas, Trump habla más alto, pero Carson habla más claro desde el punto de vista de la ideología conservadoras, y esta semana le ha arrebatado la atención mediática. Apenas unas horas después de la tragedia de Oregon, el doctor Carson provocó la indignación de familiares de víctimas y de testigos de los tiroteos. "En una situación como esa -dijo- no te puedes quedar esperando a que dispare. Yo diría, 'venga chicos, todo el mundo a atacarle'. Él me podría disparar a mí pero no podría dispararnos a todos".
Las reacciones surgieron inmediatamente. Lo menos que le llamaron algunos familiares de víctimas de tiroteos fue "insensible" o de estar en "banca rota moral". "Mi madre era directora de una escuela de primaria, no una marine preparada para luchar en primera línea de un tiroteo", declaró Erica Lafferty en referencia a su madre asesinada durante un tiroteo en 2012.
Una semana antes, Carson también provocó la ira de la comunidad musulmana al afirmar que un seguidor del profeta Mahoma no debería ser presidente del país. "El islam es incompatible con los valores que defiende la Constitución de los Estados Unidos". Y antes declaró que la homosexualidad "es absolutamente una elección como lo demuestran los presos que entran en la cárcel siendo heterosexuales y salen convertidos en gays".
Los asesores de Carson consideran las polémicas generadas por su patrocinado como "una bendición que le coloca en las noticias". El propio Carson se mostró desafiante esta semana en el National Press Club de Washington: "No soy políticamente correcto y no me importa si le gusto a la prensa o no".
Para acabarlo de arreglar, irrumpió en el debate en torno a Carson el magnate de los medios, Rupert Murdoch con un tuit estruendoso: "¿Por qué no un presidente auténticamente negro que pueda abordar la división racial y mucho más?". Se montó tal escándalo en la red que enseguida Murdoch tuvo que pedir disculpas al presidente Obama.
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